CRISIS MIGRATORIA

Ya han entrado en España 1.000 inmigrantes ilegales más que el año pasado sin contar el asalto a Ceuta

Una embarcación de Salvamento Marítimo llena de inmigrantes ilegales. (Foto: EFE).
Una embarcación de Salvamento Marítimo llena de inmigrantes ilegales. (Foto: EFE).
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El año 2020 fue uno de los peores años desde la crisis de los Cayucos en lo que a cifras de inmigrantes ilegales en España se refiere. Los expertos atribuyeron la escalada hasta cifras históricas a una alteración de las estadísticas a la pandemia del Coronavirus y al cierre unilateral de fronteras por parte de algunos países como Marruecos. Sin embargo, las estadísticas oficiales de 2021, a falta de 30 días para que acabe el año, revelan que las medidas adoptadas por el Gobierno contra las mafias de tráfico de personas se han revelado prácticamente inservibles. A 30 de noviembre ya habían llegado a España de manera irregular casi 750 personas más que en 2020, con lo que, a estas alturas esa cifra ya es obsoleta y llega al millar. Y en las estadísticas el mismo asterisco desde el mes de mayo: «Los datos relativos a Ceuta no recogen la entrada de inmigrantes irregulares que se produjo los días 17 y 18 de mayo».

Y es que si se tuvieran en cuenta aquellas jornadas la cifra de inmigrantes ilegales llegados a España sería de casi 50.000 personas, lo que batiría cualquier registro anterior. Aun así, sin contar lo que sucedió en Ceuta durante aquellas 48 horas del mes de mayo, las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior merecen una reflexión aparte. Las llegadas de ilegales a España se han mantenido más o menos estables con respecto a 2020 en las llegadas por mar a la Península o Baleares, a las Canarias, e incluso se detecta un leve descenso en las entradas a Melilla. De hecho, las cifras de esta ciudad autónoma mejoran en algún aspecto. Las llegadas marítimas a Melilla son meramente anecdóticas: 21 frente a las 15 de 2020, mientras que por mar la cifra tiene mayor entidad, pero se reduce. En 2021 han llegado 1.091 personas de manera ilegal hasta Melilla por mar, 212 personas menos que en 2020.

Entonces, si las cifras se han mantenido más o menos estables, ¿dónde están las casi 750 personas de más que reflejan las estadísticas de Interior con respecto a 2020? La mayoría de ellas, concretamente 580, en Ceuta. Si el resto de las estadísticas ha demostrado que las medidas adoptadas por el Gobierno no han servido para frenar un ápice la actividad de la mafia de trata de personas, en el caso de Ceuta las cifras de inmigración ilegal se han disparado, y es imposible separar ese hecho del asalto masivo a la valla fronteriza durante el pasado mes de mayo por más que el Gobierno no quiera incluir esas cifras en las estadísticas oficiales.

Los 8.500 de Ceuta

En Ceuta se han registrado un total de 600 entradas por mar hasta el 30 de noviembre de 2021, más de un 28% de entradas por el mismo método que en 2020. Pero es que las llegadas por tierra han experimentado un aumento del 448% entre ambos años. Mientras en 2020 llegaron 185 personas en 2021 han sido 633. Aquí es donde Interior coloca su polémico asterisco pero sólo atendiendo a las personas extranjeras que han usado recursos ceutíes desde el mes de mayo.

Las cifras oficiales, basadas en las peticiones de asilo o en los registros de los centros de acogida, dicen que tras la crisis de la valla del mes de mayo 2.500 adultos decidieron pedir asilo político en España, pero es que casi 3.700 decidieron regresar a Marruecos tras comprobar las dificultades que iban a tener para desplazarse desde Ceuta hasta la Península. De hecho 2.000 de los peticionarios de asilo ya han conseguido salir de Ceuta camino del resto de España con esa condición a la espera de que se resuelva su expediente. A esta cifra hay que sumar a los más de 1.100 menores que fueron identificados nada más llegar a España, de los que se estima que aún quedan en Ceuta 500 aproximadamente. A todo lo anterior hay que sumar una cifra indeterminada de inmigrantes ilegales que han deambulado por la ciudad autónoma lejos del control de la Policía o las ONG y que algunas fuentes cifran en otro millar de personas aproximadamente que se han dividido en decenas de asentamientos irregulares en las afueras de Ceuta.

Con todo lo anterior extraña menos que el Ministerio del Interior esconda las cifras reales de Ceuta, que podrían estar más cerca incluso de la mitad de las cifras oficiales que suman las llegadas de inmigrantes ilegales a Baleares y al resto de la Península, cerca de 16.000 personas. Oficiosamente, Ceuta ha soportado en 2021 la entrada en 48 horas de 12.000 personas y la permanencia durante más o menos tiempo de cerca de 8.500. El alcalde-presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, lo definió de forma muy clara hace poco: «Para que la gente lo entienda: lo que pasó en Ceuta en mayo fue, proporcionalmente, como si de la noche a la mañana a Madrid llegará un millón de personas». Tal cual.

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